15 de Abril de 1904 - 15 de Abril de 2004 EL FARO DE CABO VÍRGENES CUMPLE CIEN AÑOS CIEN AÑOS DE LUZ EN LA MAYOR SOLEDAD, CIEN AÑOS DE GUARDIA GUIANDO A MARINOS DE TODO EL MUNDO El faro centenario se yergue sobre un acantilado de 42,5 metros de altura que conforma el Cabo de "Las Once Mil Vírgenes" bautizado así por Hernando de Magallanes el 21 de octubre de 1520. La expedición española, al mando del navegante portugués, fue la primera en avistarlo y ocho kilómetros más al sur navegó el estrecho que hoy lleva el nombre de su descubridor. El 28 de noviembre salió al océano Pacífico y entró en la inmortalidad. La expedición de Magallanes fue la primera en la historia de la humanidad en circunnavegar la Tierra corriendo una fantástica aventura llena de tragedias y privaciones. El Faro Vírgenes -como se lo llama-, se encuentra en un páramo, generalmente tormentoso, como cuando lo conocimos aquel 16 de marzo de 2002 . Un viento gélido y cortante nos recibió, a tono con un cielo gris plomizo que acentuaba el verde profundo de un rugiente mar. Ahí estaba, como un gigante solitario, el último y el más austral de los faros de la porción estrictamente continental del territorio nacional. Montado sobre el lomo del farallón, que penetraba en el embravecido océano, sus oxidadas chapas acusaban el paso del tiempo. ¡Cuántos temporales habrán aguantado y cuántos más seguirán haciéndolo! A sus pies una vivienda, tan antigua como él mismo, es hoy un museo de su historia. La historia de un faro muy especial y la historia del territorio subyugante y extraño que lo rodea. Todos los faros tienen un aura de magia y misterio pero éste tiene la escenografía y las leyendas ideales para estimular aún la imaginación menos creativa. Desde su torre pudimos ver bien, hacia el sur, la boca del estrecho de Magallanes y la distante costa de la isla de Tierra del Fuego. Oteando, desde su cúspide, el paisaje apenas acusaba la presencia humana y evidenciaba la impactante desolación del lugar. Las grises playas de arenas auríferas -que generaron parte de las historias que adornan al Cabo Vírgenes-, describían un arco festoneado de espuma hasta el último accidente geográfico de la zona: Punta Dungeness. ¿Qué había en ese pedazo, de la extensa geografía nacional, qué tanto nos turbó? El lugar nos atrapó. Producía una especial fascinación. Un sitio donde las tumbas de los cementerios próximos y los muertos del la ciudad fantasma de "Nombre de Jesús" eran muchos más que los escasos habitantes del faro y de otras pocas instalaciones en el Cabo. ¿Sería eso, lo que tanto nos atraía? La presencia de lejanas tragedias y la evocación de misterios no develados en un escenario de siniestra belleza. ¿O será porque las escasas obras humanas, en esa inhóspita región, apenas se perciben y se tiene la certeza de estar observando exactamente el mismo paisaje que Magallanes vio hace ya 484 años? ¿Acaso no sentimos la necesidad de explorar el brumoso horizonte esperando ver la flota del osado capitán? Así, ese faro querido ha ganado un lugar en nuestros corazones y no lo podemos imaginar sin su entorno. Si al tope del acantilado no se recortara su enhiesta figura el cabo de Las Once Mil Vírgenes no sería el mismo. Por eso TELPIN EDUCA celebra con alegría su Centésimo Aniversario y felicita a la Armada Argentina y a la provincia de Santa Cruz por su fiel centinela austral. EL FARO: INFORMACIÓN Y PAISAJES NOTAS PERIODÍSTICAS DE CLARÍN Y LA NACIÓN ENLACES A SITIOS RELACIONADOS
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