CABO VÍRGENES
 

 

 

Siempre ha sido un objetivo de TELPIN Educa, en sus viajes de capacitación, rescatar y difundir paisajes e historias de nuestro vasto y bello país. Docentes, al fin, nos interesa el tema de la Identidad Nacional.

Así una mañana fría y lluviosa, un 16 de marzo de 2002 salimos desde Río Gallegos con rumbo sur al Faro de Cabo Vírgenes. 141 Km. de ripio y dos horas de viaje.

A unos 8 kilómetros al norte de Punta Dungeness -el extremo más austral de la Argentina continental- se encuentra una elevada punta acantilada frente a la cual pasó Hernando de Magallanes, el 21 de octubre de 1520, denominándola "Cabo Vírgenes", pues era el día de "Las 11.000 Vírgenes".

Desde la torre del faro -levantado en 1904- se ve claramente la punta mencionada y la boca del legendario estrecho, que  lleva el nombre del osado navegante portugués que lo descubrió. 

Fuera de este faro, el automático de punta Dungeness -del lado chileno-, y una pequeña planta de bombeo del gas que viene de las lejanas plataformas petroleras y de los yacimientos fueguinos, nada hay que evidencie la presencia humana.

Barrido por gélidos vientos, este páramo  sobrecoge el espíritu; una lejana cruz recuerda uno de los cementerios y un monumento señala la ciudad de "Nombre de Jesús", el intento español de 1584 por poblar el estrecho y que terminó con la muerte por hambre de todos sus pobladores.

Gustavo Gerez es un entusiasta y orgulloso marino, guardafaro de "Vírgenes", su faro. Con otro compañero custodian la soberanía Argentina en medio de la soledad. A pocos metros, en una pequeña confitería, Ezequiel y Griselda -de poco más de 20 años- viven y trabajan allí. No se fueron a Europa, se quedaron como centinelas de una esperanza...

Nada hay más emocionante que esos cuatro jóvenes en un paisaje que, luego de casi 500 años, es prácticamente el mismo que vio Magallanes.

¡Gracias chicos!

 

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Pero la historia siguió...

El viernes 7 de junio de 2002 la Directora Pedagógica de Telpin Educa, Lic. Claudia Gomez Costa, consiguió comunicarse con Gustavo Gerez en Cabo Vírgenes.

El joven marino estaba emocionado al recibir una llamada desde tan lejos. No lo habíamos olvidado.

Estaba cumpliendo su turno de 15 días en el faro, completamente solo. Esta vez no compartía su tarea con el otro compañero tampoco se encontraban más Griselda y Ezequiel. Habían regresado a su Córdoba natal, hasta que el verano permitiera la reapertura de esa solitaria confitería.

  El lugar está ahora cubierto por un grueso manto de nieve, 15 grados bajo cero y un cortante viento patagónico. En esta época del año los días son muy breves. La alta latitud, deja muy pocas horas de luz...

  En este páramo hostil, donde la soledad impregna todo, un joven santacruceño cumplía su guardia... en el confín de la Patria.

 

Telpin Educa

Año 2002

Última Actualización:

Diciembre de 2005

Jorge East