Pasarían los años hasta que, desde la lejana Bélgica llegan a estas costas Fernando Robette y Agustín Poli, con un sueño entre manos. Ambos llegan apoyados por inversores de su país, para concretar la creación de un balneario atlántico. En Europa los balnearios de mar ya estaban en pleno auge y la costa perteneciente a las tierras de Manuel Guerrero uno de los hermanos de Felicitas- les recuerda a las dunas de Flandes, el balneario del norte del Europa que lleva el nombre de Ostende. Nace así, en la costa sudamericana un nuevo Ostende, fundado por los dos belgas y un francés, José Bourel, llegado en el mismo barco que ellos. A comienzos de 1909 se constituye la empresa Pueblo y Balneario de Ostende y se escrituran las tierras en La Plata. El proyecto urbano de Ostende se aparta de los dameros coloniales: es un proyecto audaz, que incluye grandes diagonales y hemiciclos, al estilo de grandes capitales europeas. Las obras comienzan a buen ritmo y una de las primeras casas en levantarse es la de Fernando Robette, presidente e impulsor de la empresa, con un diseño del arquitecto francés Huguier. Por la misma época, la compañía de navegación Lloyd Ostende comienza a construir un muelle de 250 metros de largo, destinado a recibir naves de ultramar, con carga y pasaje. También atraviesa los médanos para ese entonces un ferrocarril, el decauville, que, el 6 de abril de 1913 transporta a la costa a las autoridades invitadas al acto de fundación y colocación de la tradicional piedra.
Se canta el Himno Nacional, se iza la bandera, el mar, la tierra y las casas son bendecidos y se descubre el nuevo escudo de la ciudad, diseñado por el artista Premi, el creador del Hotel Thermas, hoy Viejo Hotel Ostende. Ya por entonces los diarios de la capital anunciaban al Balneario Ostende como "La Perla del Atlántico. La playa más hermosa de Sud América." Más adelante se anunciarán las crecientes ofertas del nuevo balneario, como "Muelle para carga y pasajeros. Ferrocarril particular de la empresa. Hotel Atlantic. Ostende Hotel. Playa Hotel, con salones para cinematógrafo y fiestas. Chalets particulares. Plantaciones y viveros de plantas, auxiliados por el Ministerio de Agricultura. Sociedad Anónima Palace Hotel y Hemiciclo de Ostende. Capital integrado: $1.620.000. Lloyd Ostende, con línea de navegación directa."
La nueva localidad es comparada con los balnearios de renombre de Europa: Arcachon, Dunquerque, Sable dOlonne, en Francia, Ostende y Blanckeuberghe en Bélgica, Borkum, Heringsdorf y Norderney en Alemania, Rímini, Viareggio, Sarzana y Lido de Venecia en Italia.
En 1914 estalla la primera Guerra Mundial. La Gran Guerra. Muchos europeos, que habían planeado venir a invertir, desistieron a causa de la conflagración. Y muchos de los que ya estaban en estas tierras, entre ellos Fernando Robette y Agustín Poli, toman la decisión de regresar a Europa. Hacia 1920, todo el sueño parece una aparición fantasmal, con las casas sepultadas por la arena y las protestas que no se acallan de los compradores de médanos. Fernando Robette muere en Europa y Agustín Poli se ve superado por tanta desventura. Su propia fracción de tierra es embargada y rematada. Sólo el francés Bourel ha permanecido en estas playas, haciendo todo trabajo para sobrevivir. Y lo consigue. Sus descendientes todavía están aquí. El arquitecto Huguier también sigue aferrado al sueño de Ostende. En 1927 compra tierras que habían pertenecido a Robette y comienza la construcción del Atlantic City Club, una especie de country, que se anticipa a su tiempo. Un anuncio de la sociedad Sauze y Huguier, de la época, lo describe como "El "Atlantic Palace Hotel" que se construye actualmente en la manzana "Villa Eduardo Sauze", No. 1005, del nuevo Balneario marítimo "Atlantic City", según planos y bajo la dirección y fiscalización de los arquitectos Sauze y Huguier, será en Breve uno de los hoteles preferidos de la República Argentina". También un "Boleto del A.C.C.", de diciembre de 1930 tiene un párrafo que reza:"Atlantic City", creación grandiosa y ultramoderna, su trazado, con su "Atlantic City Club", su Casino-Parque, sus Grandes Hoteles, sus espléndidas Villas y Chalets, sus Hoteles privados y sus Mansiones rodeadas de alegres jardines, sus Capillas, su magnífica Rambla, sus Parques y Jardines, sus Piscinas de natación, sus Stands de Sport y de Distracciones, su muelle de Pesca, Fondeadero de Yates, Regatas, Tennis, Polo, Golf, Cinematógrafos, se desarrollan rápidamente, bajo el vigoroso impulso de los arquitectos Sauze y Huguier y llegará a ser en poco tiempo el Balneario Ultra Moderno, el más concurrido de la República Argentina."
El hotel será habilitado en parte, pero nunca podrá finalizarse. La revolución de 1930, que derroca al presidente Hipólito Yrigoyen, hecha por tierra, una vez más, el sueño de Ostende. Es, sin embargo, de este sueño que surge el proyecto de Pinamar. Es un nuevo emprendimiento, con nuevos protagonistas, sin crímenes pasionales, sin guerras ni revoluciones truncadoras. Tal vez, eso sí con un amor frustrado entre sus protagonistas, Valeria Guerrero Cárdenas y el arquitecto Jorge Bunge.