EL REGRESO Y LA GLORIA

Rescatados en la isla Paulet los restantes náufragos de la nave sueca, la Uruguay siguió por el estrecho Antarctic fondeando en la bahía que habían llamado "Esperanza" y en la que hoy en día se levanta la Base Antártica del Ejército Argentino "Esperanza". Era el 11 de noviembre de 1903 cuando desembarcaron y recuperaron los registros y colecciones científicas del Dr. Gunnar Andersson, uno de los tres sufridos moradores del refugio de piedra, en donde tuvieron que pasar el penoso invierno de 1903.

Luego pusieron rumbo a la Argentina pero...

El día 12 de noviembre se desató un feroz temporal, con vientos de más de 100 Km. por hora. El 13 y el 14 la corbeta fue sacudida por un mar furioso e inclemente. El día 15 el palo mayor y el trinquete se quebraron y la tragedia parecía inevitable cuando el viento comenzó a amainar...

La Antártida quiso cobrarse la osadía de quienes habían penetrado en su majestuoso e inhóspito santuario.

Al fin, el 2 de diciembre de 1903, casi desmantelada, mostrando las heridas del temporal la heroica corbeta Uruguay entró en el puerto de Buenos Aires, .

El recibimiento fue apoteótico, una muchedumbre delirante de entusiasmo brindó una inolvidable bienvenida a los hombres que regresaban de los hielos. Se calcula que más de cien mil personas acudieron al puerto para ver la llegada triunfal. La cantidad de porteños que fueron a brindar su bienvenida a la Uruguay y a sus valientes tripulantes fue absolutamente inusual.

La gente desenganchó los caballos de los coches donde iban Nordenskjöld, Sobral e Irizar y a pulso los llevaron al Centro Naval. Los héroes antárticos nunca olvidarían ese recibimiento que no esperaban.

El joven marino era el principal destinatario del fervor popular. ¡Tenía tan sólo 23 años!

De las principales capitales del mundo llegaron felicitaciones para el gobierno argentino por la hazaña de la gallarda nave y los diarios de distintos países se hacían eco de la hazaña. Un gobierno decidido, funcionarios eficientes y una tripulación competente y valerosa habían colocado a la Argentina en el escenario mundial en una posición destacada y envidiable.

La Argentina aún no lo sabía pero la Corbeta Uruguay había hecho algo más que un rescate heroico; su proa abrió el camino para que nuestro Patria fuera uno de los países más importantes en la investigación científica de la Antártida.

A partir de 1904 la República Argentina y la Uruguay retornarían al helado sur para no irse más...

 

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