CARACTERÍSTICAS TOPOGRÁFICAS

 

El jesuita Cardiel calculó en 38º 20´ su ubicación, con poca diferencia de la real, que es 38º 35´.

  Además de los afluentes en ambas márgenes, el Quequén Grande recibe aguas de los arroyos Seco, Tamangueyú (unido al de los Huesos), Pantanoso y el Corto, entre otros, existiendo varios pasos. El más antiguo y utilizado, en su momento para el cruce de carretas, es el Paso de Otero.

  Cerca de las cascadas, sin duda su más bello accidente y que otrora fueran imponentes, a punto tal que allí se proyectó construir una usina hidroeléctrica, hay un banco de tosca, con desprendimientos y formaciones rocosas visibles, de 2 metros de altura.

  Desde allí, luego de cinco saltos, el valle y río se ensanchan, pierden altura las barrancas y el curso presenta sectores anchos y largos, salvo en el tramo final, desde la bajada de Gil hasta su desagüe en el mar, toda una zona de meandros.

  A través de los tiempos el valle del Río Quequén sufrió fuertes modificaciones, que cambiaron a su vez el río. Las inundaciones fueron las que mayormente degradaron sus barrancas, cuevas, islas, grutas y cascadas.

  Desde aquella de 1934, la primera cronológicamente anotada, hasta las de abril de 1980, mucha majestuosidad se ha perdido.

  La profundidad del río, en su línea mínima, es de unos 4 pies, es decir 1,20 metros y a unos mil metros de la costa llega a más de 9 metros de profundidad.

  Su caudal normal es de unos 10 metros cúbicos por minuto y hasta tres kilómetros dentro de su desembocadura en el mar, se hace sentir la marea.

 

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