En casi la cuarta parte de la Provincia -en 31 de los 134 distritos que la integran- el agua que se consume presenta índices de contaminación superiores a los tolerados y plantea riesgos para la salud de la población.

 

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata, confirma que las aguas subterráneas que se utilizan para el consumo humano en 31 localidades de la Provincia poseen altos niveles de arsénico, y que en algunos casos la presencia del contaminante alcanza los 200 ppb -partes por billón- cuando los estándares nacionales toleran un máximo de 50 ppb, y los internacionales, de 10 ppb.

 

El consumo de arsénico -en grandes cantidades- puede provocar graves secuelas en la salud y llega a tener hasta efectos cancerígenos.

 

 Junín, Baradero y Tornquist son los municipios donde se advirtieron los niveles más elevados de arsénico. En esos distritos se detectó la presencia del metaloide en valores superiores a los 200 partes por billón (ppb), cuando el nivel permitido en los países desarrollados es de 10 ppb.

 

EL ESTUDIO

 En el estudio presentado por los investigadores platenses se destaca que el arsénico es un contaminante inorgánico que se encuentra presente en aguas de profundidad y superficiales de diferentes localidades del mundo. En los últimos años, como consecuencia del crecimiento poblacional, el consumo de agua se ha visto notoriamente incrementado debiendo hacerse uso de los sistemas acuosos de profundidad que, en muchas regiones de la litósfera, es el único medio con el que se abastece del vital elemento.

 La presencia de arsénico -continúa- puede ser atribuida a causas naturales, como la alteración y/o disolución de especies minerales en aguas superficiales o subterráneas, y a causas antropogénicas, como la actividad minera o el uso de plaguicidas. Si bien el problema más complejo ha sido observado en Bangladesh, donde millones de personas se encuentran expuestas a niveles extremadamente altos de arsénico, se ha reportado también en otros países como México, Chile, Vietnam, India y Hungría. Nuestro país no se encuentra exento, presentando una situación altamente preocupante.

 Distintos organismos internacionales han regulado el contenido máximo admisible de arsénico en el agua potable. Para la Organización Mundial de la Salud, el valor permitido es de 10 ppb, mientras que para el Código Alimentario Argentino es de 50 ppb, valor que en muchas regiones del país es altamente superado. En efecto, la región central chaco-pampeana es una de las más contaminadas. Así, los acuíferos de importantes zonas de Córdoba, La Pampa, Santa Fe, Buenos Aires, Tucumán y Santiago del Estero presentan un importante grado de contaminación. Esas aguas provienen de lechos de origen volcánico o atraviesan sectores con un elevado contenido de ese material (vidrio y/o ceniza) o de su alteración.

 

A los efectos de contrarrestar los grados de contaminación en el agua, en el estudio de la UNLP se señala que considerando que el suelo de la provincia de Buenos Aires cuenta con importantes depósitos de arcillas ferruginosas, en el presente trabajo se evalúa la potencialidad de un mineral de arcilla rico en hierro procedente de la zona de Barker, a fin de utilizarlo como adsorbente (así -con 'd'- se define técnicamente a la función de absorber y adherir) para la eliminación de arsénico de aguas procedentes de acuíferos con tenores de arsénico superiores a los normales, y con este propósito se realizan ensayos de adsorción (a escala de laboratorio). El material arcilloso se caracteriza fisicoquímicamente mediante la aplicación de diferentes técnicas de análisis, y se evalúan las condiciones experimentales que favorecen el proceso de remoción del contaminante.

 

LOS TRATAMIENTOS PARA EL AGUA

 La necesaria remoción del arsénico para el consumo del agua potable -plantea el estudio- incluye una serie de métodos que en cada caso requieren ser adaptados a las características del sistema. Los procedimientos que han sido motivo de estudio para la separación del arsénico incluyen flotación, precipitación, intercambio iónico y adsorción. Algunos de ellos como la coagulación/filtración y la filtración con membranas (ósmosis o electrodiálisis inversa) resultan altamente costosos, por lo que solamente la adsorción y el intercambio iónico se presentan como las alternativas más accesibles. En tal sentido se han probado una variedad de sistemas adsorbentes: carbón, óxidos y oxi hidróxidos de hierro, de aluminio y de manganeso, óxidos de lantano, etc. Otros métodos de tratamiento hacen uso de geomateriales, por su menor costo, como arcillas, zeolitas e incluso algunos tipos de suelos. Asimismo, se han empleado bioadsorbentes como polvo de arroz, maní y cactáceas.

 

 FUENTE: informe de la Universidad Nacional de La Plata

                                                  

 

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