Leyendas mapuches

 

 

 

Los antepasados celestiales de los mapuches.

El buen Dios y la luna quedaron en el cielo, acompañados de los hijos que con ellos permanecieron.

Pero esos hijos no eran como nosotros, eran solo sombras claras Y esos espíritus, también quisieron actuar, para completar la obra del Grande.

-Allá todo está desierto-decían, mirando la tierra pelada.-¡sólo agua y rocosas montañas!

¿Nos estará permitido poblar ese mundo?

El Grande se echó a reír.

Bueno, les dijo, pero antes de bajar, tendrán que avisarme. A los seres que ustedes fabriquen, les darán forma parecida a la mía, pero más pequeñas, para que a nadie le falte lugar…Después bajaré a enseñarles: seré su maestro.

Y los espíritus amasaron formas con el material de las nubes: pero eran formas blancas y feas, sin sexo y- además- no pudieron darle vida.

Entonces pidieron ayuda al Padre, y éste amasó dos seres a quienes llamó Hombre y Mujer, y los untó con su saliva, y con su aliento poderoso sopló la vida en sus narices.

Después mejoró los seres sin vida creados por los espíritus, cuidando de hacer parejas: un macho y una hembra y pensó que podían bajar a la tierra, en compañía del hombre y la mujer.

Pero como esos animales tuvieron miedo, los espíritus les prometieron: -será por poco tiempo- cuando hayan poblado la tierra, luego podrán volver aquí.

No pierdan de vista al Padre Sol.

Después que todos bajaron y se multiplicaron, los primeros volvieron a subir, y así nacieron las estrellas.Allí están los antepasados de los mapuches cazando en la calle de los cuentos(Repu Epeu)., que también llaman Río del cielo(Huenu Leufú), y los blancos conocen como la Vía Láctea.

Por allí corren los avestruces perseguidos por veloces cazadores mapuches.Y las nuevas nubes son las plumas que pierden los avestruces cuando van huyendo. Los mapuches dicen desde abajo, “ nuestros antepasados están cazando: eiaa, eia, eia…!