TITULO: Cuento en Grecia
Hace algunos años, leyendo una revista semanal, incluía un Taller de Letras, con distintas consignas... Una de ellas era un vocabulario determinado...Ahí escribí este cuento...
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Una bella tarde de enero, un cíclope, cansado de fabricar rayos para Júpiter en la fragua de Vulcano, comenzó a caminar sin rumbo fijo y, así, en forma paulatina, salió de los límites de su natal Grecia.
Al llegar a la encrucijada de un sinuoso camino, descubrió un paisaje que lo cautivó...y allí se quedó ...pensativo y observador...
En ese momento de ensueño, sintió el aullar lánguido de la tarde que moría...observó el aleteo de las nubes que corrían presurosas tras la estela anaranjada del sol...
Quiso encontrar su final de aventura, pero necesitaba llevar de regreso algo que demostrara su vivencia...
...Muy resuelto, se dispuso a merodear...
Sobre una roca marmolada, encontró un calidoscopio...
Más allá, como empotrado en la pared rocosa...un heliotropo que extendía sus flores generosamente...
También, recogió algo plomizo...¡si!...era un talismán...
Contempló su cosecha y pensó:
¿Un calidoscopio?...No podía disfrutarlo, porque al taparse un ojo para investigar...¡no veía!...¡no veía nada!
¿Un heliotropo?...¡ Si ni siquiera podía aspirar el perfume de sus flores, porque era alérgico!!!!
¿Un talismán?...Lo tomó muy suavemente como temiendo quebrarlo y...levantándolo...convirtió todo en polvo, polvo humoso y oro que flotó por el aire y una suave brisa lo desparramó por el cielo!!!
Así...¡Despertó de su alucinación, mirando con su gran ojo, las estrellas del cielo de su Grecia natal!!!...