Algunos
Datos Sobre El
Glaciar
El
glaciar Perito Moreno, como todos los glaciares patagónicos, (salvo los del
Cerro Tronador,cerca de Bariloche) tiene su origen en el Hielo Continental Patagónico,
del que se habla más extensamente en éste libro en el capítulo de
Glaciaciones.
·
Situación
geográfica: 50º29' Sur y 73º03' Oeste.
Velocidad:
2,2 metros por día en el centro y 0.35 m/día en los bordes. La velocidad
fue medida a 5 km. del frente y con un intervalo de un solo día en 1990 por
ANIYA / SVARKA y coincide aprox. con la de Raffo, Colki y Madejski, que
midieron en 1952 con un intervalo de más de más de un año. Como ya vimos
en el capítulo de Glaciología, la velocidad de un glaciar es un factor
altamente variable, en función, no sólo de la época, sino también del
lugar del glaciar donde se efectúe.
Longitud:
30 km.
Superficie:
257 km'.
Espesor:
Todavía no tenemos datos concretos sobre ello, pero estudios hechos en las
morrenas laterales y en el bosque que flanquea el glaciar (se han encontrado
árboles junto al hielo de más de 500 años) han hecho suponer a los
especialistas que, también al contrario del resto de los glaciares de la
zona, el Perito Moreno no ha variado sustancialmente su masa glaciar en los
últimos 500/1000 años.
Anchura
del frente: 4 km. aproximadamente
Línea
de equilibrio: Alrededor de 1150 m.s.n.m.
Estado
de su frente: Estacionario aprox. desde 1917. A pesar que desde entonces, el
Glaciar ha estado oscilando en leves avances y retrocesos, se puede decir
que en general, conserva el estado que tenía en aquella ocasión.
A
propósito del frente querríamos aclarar un par de conceptos que a veces se
mezclan y confunden en lo que respecta al avance de un glaciar: cuando se
dice que un glaciar avanza o retrocede, nos estamos refiriendo solamente a
la línea de su frente, ya que, como vimos anteriormente, en todos los
glaciares, el hielo está en constante movimiento de avance, por
deslizamiento o deformación.
El
factor que hará avanzar o retroceder un frente glaciar será la relación,
positiva o negativa, entre las cantidades de hielo que le llegan desde sus
cuencas superiores y las que pierde por fusión o evaporación en sus
cuencas inferiores.
Altura
del frente sobre el nivel del lago: De 50 a 70 metros.
Máxima
altura de su cuenca: Cerro Pietrobelli (2950 m.s.n.m. )
Profundidad
del lago: Sólo en una ocasión se midió la profundidad del Brazo Rico
junto al Glaciar (Hauthal 1900) encontrándose una máxima de 137 m. Altura
del lago sobre el nivel del mar: 185 metros.
Temperatura
del agua del lago: De 4 a 6 grados.
Color
del agua: El característico color del Lago, conocido comúnmente como
"leche glaciar", se debe a las partículas minerales suspendidas
en el agua, provenientes de la abrasión del glaciar contra sus lechos
rocosos y de las rocas entre sí, que por su microscópico tamaño no llegan
a sedimentarse en el fondo.
Historia del Glaciar Perito Moreno
Curiosamente,
a pesar de haber estado muy cerca en su exploración de 1876, El Perito Moreno
nunca vio el Glaciar, ya que no lo cita en ningún momento de su informe. Su
interés en la zona en aquellos tiempos era verificar si el Brazo Rico pertenecía
al Lago Argentino, cosa que logró recorriendo el Canal de los Témpanos un poco
más al oeste del actual pueblito de Punta Bandera, plantando una bandera
argentina – de ahí el nombre – y por el otro lado, llegando hasta el
extremo este del actual Brazo Rico, donde hoy se encuentra la entrada al Parque
Nacional.
En
1879, Juan Tomás Rodgers, capitán inglés de la Armada Chilena, en expedición
desde Punta Arenas sería el primer explorador en citar el glaciar y darle
nombre: lo llamó Glaciar Francisco Vidal Gormaz en honor del Director de la
Oficina Hidrográfica de la Marina de Chile, organismo patrocinador de la
expedición.
Años
más tarde Hauthal, adscrito a la Comisión Argentina de Límites, lo llamaría
Bismarck en honor del Canciller prusiano, nombre con el que todavía figura en
algunos mapas alemanes y chilenos.
El
Teniente Iglesias, encargado de unos estudios para el Instituto Hidrográfico
Argentino en 1899 lo nombra en honor del Perito Moreno, nombre que quedaría
como definitivo.
A
partir de entonces fue frecuentado por andinistas, exploradores y científicos.
A través de ellos, hemos podido seguir su evolución desde entonces, primero en
lo referente a su gran avance desde principios de siglo y después, una vez
estabilizado su frente, al fenómeno de sus diferentes rupturas:
En
1900, el frente del Glaciar estaba a 750 m de la costa de la Península de
Magallanes.
En
1908, a 350 m.
En
1914, a 100 m.
En
1917, tocó por primera vez la Península Magallanes abriéndose unas semanas más
tarde sin mayores consecuencias.
De
los años siguientes no tenemos mayores datos hasta 1926 en que el geólogo E.
Feruglio, recogiendo informaciones de los pobladores de la región, anota que
"...el canal entre el glaciar y la orilla del Cerro Buenos Aires era
bastante ancho como para permitir pasar un pequeño bote, sin peligro a los
constantes bloques de hielo desprendidos del frente escarpado del glaciar".
En
1928 el Padre Agostini, que además de ser el gran pionero del andinismo patagónico
nos dejó un invalorable archivo fotográfico de sus expediciones, tomó fotos
del glaciar que nos permiten deducir que por aquel entonces la anchura del canal
era de unos 150 m.
De
nuevo nos faltan datos hasta el año 1935 en que sabemos que cerró por segunda
vez, aunque sólo por un breve tiempo, como había ocurrido la primera vez en
1917.
En
el verano del 1939-40 se dio por primera vez el fenómeno por el que luego el
Perito Moreno atraería la atención primero de los glaciólogos y después, por
su belleza espectacular, del mundo entero: la ruptura de su frente en febrero de
1940.
En
marzo de 1942, su segunda ruptura, la diferencia de nivel de las aguas llegó a
19 m provocando de nuevo grandes inundaciones sobre las costas del Brazo Rico.
Después
de esta ruptura, y durante diez años, la lengua del glaciar tocó varias veces
la costa produciendo sucesivas rupturas (1947, 1949).
En
los años 1949 y 1950 se registran en la zona precipitaciones muy superiores a
las normales. El avance glaciar registra este aumento y en julio de 1951, ante
e1 fuerte tapón, las costas del Rico comienzan de nuevo a inundarse. Con casi
13 m de diferencia la presión hace estallar la barrera de hielo y en marzo de
1952 se produce la ruptura.
En
septiembre de ése mismo año, el glaciar cerraba de nuevo, y de nuevo en marzo
de 1953 se producía una nueva ruptura al alcanzar las aguas una altura de 14,50
m.
Tres
años después, a principios de 1956 se produce una nueva ruptura.
Los
siguientes cierres, hasta el año 1966, parecen no haber provocado grandes
inundaciones.
Desde
e1 año 1970 al 1988, el glaciar sufrió varias rupturas con un ciclo de 2 a 4 años
(1970, 1972, 1975, 1977, 1980, 1984, siendo la última y más documentada, la
del 17 de febrero de 1988.
La
Ruptura del Glaciar
La
ruptura del Glaciar Perito Moreno es, sin duda alguna, uno de los fenómenos
naturales más impresionantes que se han podido contemplar en los últimos
tiempos. Y cuando digo contemplar me refiero al hecho de que, generalmente, no
es muy dable estar cerca y a salvo de los grandes accidentes naturales
(volcanes, inundaciones, etc...)
Su
fama ha trascendido fronteras y en la última ruptura de 1988, canales
nacionales e internacionales de televisión esperaron pacientemente, algunos
durante meses, para poder filmar el evento, que en aquella ocasión sólo duró
24 horas. La facilidad del acceso hizo que cientos de personas pudieran
contemplar desde un balcón natural privilegiado el desarrollo de este
inofensivo cataclismo.
Es
frecuente escuchar que la ruptura del Moreno es un fenómeno que se repite cíclicamente
cada 3 ó 4 años. Como vimos anteriormente, ésta regularidad sólo se dio en
los últimos años. Basta observar la lista de las rupturas que se detalla en páginas
anteriores de este trabajo para comprobar lo inexacto de esa idea. La prueba más
reciente la tenemos en el hecho que desde la última ruptura de 1988 hasta
nuestros días (1997) no se ha producido ninguna otra. El glaciar cerró, pero
no con la solidez suficiente para embalsar las aguas del Brazo Rico, que
inmediatamente se abrieron paso perforando un túnel.
Otro
de los errores comunes sobre el Glaciar y su ruptura es el de considerarlo un
fenómeno único en el mundo. Un caso muy cercano de ruptura lo podemos
encontrar en el Glaciar del Plomo, en la alta cuenca del Río Mendoza, que en
1934, bloqueando el curso del río Plomo, afluente del Mendoza, provocó un
embalse de 40 m de altura cuya presión horadó un túnel en el glaciar
provocando aluviones que destruyeron el Ferrocarril Transandino de Mendoza a
Santiago. En el verano del 84/85, el embalsamiento volvió a repetirse, sin
llegar esta vez a producirse la ruptura.
Otro
fenómeno muy parecido al del Moreno ocurrió a fines del siglo XIX en el Valle
del Simadal, en Noruega. Después de repetirse por varios años las inundaciones
en la zona a causa de las sucesivas rupturas, hubo que construir un túnel de
descarga por la roca para evitar los aumentos de nivel, cosa que parecía
haberse logrado, hasta que en 1937 estalló la pared de hielo produciendo de
nuevo la catástrofe aguas abajo.
Y
hablando de catástrofes, también el Moreno en su primera inundación de 1939
anegó los terrenos de las costas del Brazo Rico, que por sus pasturas se
contaban entre los mejores de la región, obligando a varios de sus pobladores a
abandonar ranchos y estancias que significaban muchos años de trabajos y
esfuerzos, a medida que la inundación se acercaba. Desde la ruta hacia el
glaciar y apenas pasada la portería del Parque Nacional, todavía hoy se pueden
ver los restos de las casas abandonadas del otro lado del Brazo Rico.
Ante
la inexorable subida de las aguas y para provocar el rompimiento del tapón de
hielo, la Armada Argentina envía dos aviones que bombardean la zona de contacto
sin ningún resultado práctico: el hielo no se inmuta y el agua sigue subiendo.
Se proponen entonces varias soluciones a cual más impracticables: una de ellas
consiste en ensayar la aplicación de cuerpos negros (hollín, colorantes...)
para acelerar la fusión del hielo al aumentar la absorción de los rayos
solares, método ya experimentado en aquellos años por científicos rusos en
glaciares del Tibet. Tras complicadas fórmulas se llega a la conclusión de que
harían falta nada menos que... 4 anos! para derretir el tapón de hielo.
También
alguien se tomó la molestia de calcular matemáticamente la cantidad de petróleo
necesaria para fundir la lengua de contacto: nada menos que 2.700 toneladas.
Se
estudió también la apertura de un túnel a través de la roca, aplicada por
los noruegos en el Valle de Simadal: haría falta mover en éste caso 500.000 m3
en un lugar al que entonces no llegaba ni la ruta.
Todas
las soluciones humanas inviables, fue al fin la misma Naturaleza que lo había
cerrado, la que lo abrió un tiempo más tarde como lo vino haciendo en años
sucesivos cada vez que el muro de hielo taponó el natural desague del Brazo
Rico, en el Lago Argentino.
Esquema
de una Ruptura
El
glaciar, al tocar la Península de Magallanes, forma un dique natural de hielo,
que obstruye completamente la comunicación entre el Brazo Rico y el Canal de
los Témpanos. Las aguas del Lago Argentino siguen fluyendo naturalmente hacia
el mar a través del Río Santa Cruz, mientras que el Brazo Rico, al quedar
aislado del Lago y seguir recibiendo aportes de agua (lluvia, fusión de nieve y
hielo...) comienza a subir de nivel.
El
aumento del nivel de las aguas va creando una presión sobre el dique de hielo.
Bajo esta presión, el agua consigue poco a poco filtrarse y horadar el hielo en
su punto más débil, que corresponde a la zona de contacto con la tierra. Una
vez abierto el primer resquicio, el paso del agua irá acelerando la fusión de
la barrera helada, abriendo por ella un túnel, que con la correntada se irá
haciendo cada vez más grande hasta derrumbarse totalmente, quedando entre el
Glaciar y la costa el Canal que las aguas abrieron a su paso y que ahora de
nuevo comunica el Brazo Rico con el Lago Argentino.
Cuando
el frente glaciar avanza de nuevo sobre el Canal hasta tocar la costa, comienza
el proceso de la siguiente ruptura.
El
desnivel necesario en el Brazo Rico para producir una ruptura ha variado
notablemente en las diferentes ocasiones: desde 13 metros en 1952, a 25 m en
1988.
Causas
de la Ruptura
El
Glaciar Moreno es uno de los que excepcionalmente han avanzado en este siglo, en
una zona donde la tendencia ha sido de general retroceso (En realidad, desde
1917, su línea de frente no ha sufrido grandes cambios por lo que actualmente,
más que avanzando, se lo considera en equilibrio). La otra excepción de la
región sería el Glaciar Pío XI, que fluye hacia el Pacífico también desde
el Hielo Continental Sur y que en los últimos años viene arrasando el bosque
adyacente como una monumental topadora.
Las
causas de este avance han tenido diferentes explicaciones según los
especialistas: En Glaciología, como en el resto del saber humano, por cada
especialista con una teoría, hay otro tan especialista como él con otra
diferente. Si bien ninguna ha podido ser demostrada, citaremos las de Raffo,
Colqui y Madejski, los que en 1952 realizaron e1 estudio más completo sobre el
Glaciar.
Según
ellos, la causa principal de los fuertes avances del Glaciar habría sido la
captura de una porción de la cuenca de alimentación de su vecino del sur, el
Glaciar Frías. Debido quizá a movimientos sísmicos que habrían alterado la
división subglacial de ambos glaciares inclinándola hacia el Moreno, lo que
vendría corroborado por el hecho de que el Frías sufrió un fuerte retroceso
en este siglo, comparado con los del resto de la zona. Otra causa secundaria,
según los mismos autores, podría ser la nivosidad especialmente abundante en
su cuenca de alimentación.
Fueron
también éstos mismos autores los que calcularon la cota máxima de inundación
del Brazo Rico: En caso de que la presión del agua no lograra romper el dique
de hielo, el Brazo Rico desaguaría naturalmente por su extremo oriental hacia
el Lago Argentino por la cuenca del río Centinela a partir de una altura de
30,8 metros sobre su nivel normal.
Si
difícil es saber las causas que provocaron el comportamiento del Moreno, mucho
más se nos presenta el intentar un pronóstico para el futuro.