LA PERCUSIÓN


Destinados a marcar el ritmo, indispensable para la danza y la fiesta, golpeados y sacudidos, los instrumentos de percusión son muy variados en su forma, materiales, sonidos y sus maneras de utilizarlos.

 

Idiófonos y membranófonos

Existen dos grandes familias que agrupan a los instrumentos de percusión: por un lado los idiófonos, cuyo sonido se obtiene por sacudimiento, por entrechoque, o por golpe y que pueden obtener varios sonidos de la escala; por otro lado están los membranófonos, que están constituidos por una membrana tensada sobre una caja de resonancia o un simple aro y emiten un sonido único.

Las campanas

Existen tantos instrumentos de percusión que no se puede citar a todos. Sin embargo ¿cómo no nombrar las campanas a veces gigantescas, o los carillones? Los xilófonos están compuestos por unas cuarenta láminas de madera, que se golpean con palillos. La celesta asemeja a un piano en miniatura. Más reciente, el vibráfono es utilizado por algunos musicos de jazz. El gong fue importado desde China. Es un gran disco de bronce que se golpea con una maza recubierta de fieltro, y que produce un sonido misterioso. Finalmente el jazz impuso su propia percusión: la batería. El baterista es un verdadero hombre orquesta, a la cabeza de una gran cantidad de instrumentos: un bombo, un redoblante, otros tambores, algunos platillos fijos, uno doble acionado por un pedal, a los que se pueden agregar timbales, campanas y xilofones.