En un hermosa mañana del 20 de abril próximo pasado, el avión que nos traía de Comodoro Rivadavia, aterrizó en la Ciudad de Trelew. Desde el aire veíamos, al acercarnos a nuestro destino, el verde Valle del Río Chubut contrastando con el paisaje patagónico.
Trelew nos pareció
una hermosa ciudad de amplias y limpias calles.
Barrios con casas muy lindas y gente hospitalaria. En la Escuela Provincial EGB Nº 138 "Nicolás Ortíz" comenzamos nuestra tarea. Como siempre gratamente sorprendidos por la infraestructura escolar de la Patagonia; un moderno y bien cuidado establecimiento escolar. Ana Gloker, Vicedirectora, y Edith Labril nos dieron la bienvenida. Edith, responsable del Laboratorio, puso a nuestra disposición una excelente dotación de computadoras, en un ambiente cómodo y luminoso. Y así comenzamos a trabajar. El mate comenzó su ronda y los afectos afloraron en un clima de entusiasmo. En la provincia había problemas -como en el resto del país- pero, a pesar de ello, la concurrencia nos sorprendió. Nadie olvidó sus luchas pero, se hicieron tiempo para capacitarse. Nuestro compromiso era entonces, mayor. Varias directoras y un director estaban entre nuestros colegas-alumnos. Querían llevar innovaciones a sus respectivas escuelas; había proyectos y un lugar para la esperanza. Los días pasaron y los lazos de amistad crecieron. Nos hicieron querer a Trelew y a sus tradiciones galesas, que todos quieren y practican, aunque no corra sangre celta por sus venas. Así descubrimos el valioso proyecto que la escuela lleva adelante, a lo largo de los distintos niveles educativos: el estudio de las distintos pueblos y culturas que han construido la provincia. Tehuelches, galeses y mapuches. Se traen a sus descendientes, que relatan historias y, se investigan sus orígenes lo que van fortaleciendo la identidad y la tolerancia. Digno de imitar. Y el último día llegó. Nos abrazamos, nos emocionamos y nos pidieron que volvamos. Gracias a todos, porque nos hacen pensar que plantamos semillas que fructificarán. Cada vez hay más para regar. La estatua de Lewis Jones, en la Plaza del Centenario, tiende la palma de su mano en un gesto elocuente: -Esto os lego y mis sueños. Nos dio la impresión de que son muy pocos los que están dispuestos rendirse y renunciar al sueño de los que llegaron, a las costas del Chubut, hace más de 100 años. Como en otros lugares de la infinita Patagonia encontramos compatriotas de todas las provincias, o nacidos allí pero todos arraigados -como el coirón- a la estepa patagónica. Nada de irse, pero si a luchar. Gracias por dejarnos el aliento de la esperanza. María Estela y Jorge East
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