CIENCIA Y PATRIA Ingresó en la Dirección de Minas, Geología e Hidrología. El levantamiento del Mapa Geológico de la República lo llevó a recorrer distintos lugares de su tierra. En Misiones conoció a Horacio Quiroga con el que estableció una amistad que duró hasta la muerte del escritor. En 1922 es nombrado Director General, un justo reconocimiento a sus investigaciones y trabajos científicos. Como siempre su espíritu inquieto lo llevó a dictar conferencias donde destacó la importancia hidroeléctrica de varios ríos patagónicos al mismo tiempo que se interesó por los aspectos geográficos e hídricos de las cuestiones de límites con Chile. En 1930 la Hispanic Society of America le otorga la medalla "David Livingstone" por su participación en la expedición Nordenskjöld 27 años antes. Si bien el reconocimiento era un poco tardío el premio era muy importante; sólo los grandes exploradores lo recibían. En 1931 fue designado cónsul en Noruega pero al regresa a su tierra para ingresar a Yacimientos Petrolíferos Fiscales, la joven empresa del Estado Argentino. En 1935 se jubiló con una remuneración impropia para alguien que tantos e importantes servicios prestó al país, pero usual para la mayoría de los jubilados argentinos. El famoso Sobral de 1904 era casi un desconocido en la década del 40 pero seguía defendiendo los esfuerzos argentinos en la Antártida. En 1943 se recuerda a los tripulantes de la Uruguay que cuarenta años antes habían rescatado a la expedición sueca, se designa a los escasos sobrevivientes "Exploradores al Desierto". Injustificadamente Sobral no fue parte del homenaje. El Dr. José María Sobral dejó una densa y enjundiosa obra escrita, un libro, notas, informes científicos, artículos, estudios e investigaciones, etc. Algunos tan extensos como para publicar un libro. Los temas que más se destacan son los relacionados con la Antártida, la geología y la mineralogía, pero las cuestiones de límites y su preocupación por la enseñanza de la geografía, también aparecen entre ellos. Su prestigio como científico, no era sólo local, tanto como para que un nuevo mineral descubierto por científicos suecos recibiera el nombre de "Sobralit". Sus últimos años Sobral los pasó con sencillez y austeridad, sin llamar la atención, como había sido siempre. El 14 de abril de 1961 falleció. El gobierno argentino como es más habitual de lo debido no realizó ceremonia alguna ni honró debidamente al patriota que acababa de fallecer sólo los diarios de la capital y algunos del interior recordaron su figura con extensas y elogiosas notas. Creemos que estas palabras extraídas de su libro resumen la pureza del espíritu inquieto e idealista que anidaba en el corazón de ese argentino valioso que fue José María Sobral. "Yo quisiera por varios años volver a internarme en las regiones heladas. Yo quisiera volver a oír en aquel silencio de muerte el ruido del ventisquero, el silbido del viento y de la nieve por los flancos de la tienda; quisiera tener que refregarme las manos con nieve para volverlas a la vida, y marchar al costado de un trineo tirado por veinte perros a plantar el pabellón da la patria más allá del paralelo de 80°..."(*) Jorge L. East TELPIN EDUCA
(*) José María Sobral, Dos Años entre los Hielos. |